"En la sierra corrimos contra los elementos y es que la distancia, las cuestas y la dureza del terreno no fueron los enemigos, sino el viento, que te volaba, la lluvia que te calaba los huesos, el frio, y para rematar el granizo era como metralla. Hubo desconcierto, la cabeza paró y esperó a que se despejara, reanudando la marcha en grupo la ultima vuelta. Los que íbamos más lejos ni siquiera paramos, completando el recorrido como pudimos".
Saludos.Gonzalo Valera
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